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Primera parada, Amazonas


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Finalmente, tenemos algún tiempo tranquilos, para poder escribir sobre todo lo que hemos vivido, visto y pensado en las últimas ocho semanas. En este minuto estamos sentados en un bus en camino desde Fortaleza hacia Jericoacoara; una pequeña playa en el noreste de Brasil y nuestro tiempo en Amazonas queda atrás.


Decir que lo pasamos increíble en Amazonas, es decir muy poco. Vimos jungla, sabana, conocimos a muchas personas entrañables, todos ellos buscando nuevas experiencias como nosotros.


Viajamos en la temporada seca, así es que fue posible ver muchos bancos de arena y playas de arena blanca en el rio Amazonas. Es difícil imaginar cuánta agua pierde el río durante esta época, cuando vemos las marcas que deja el nivel del agua en las riberas del río. En los lugares más bajos, el agua baja casi 8 metros. Muchas personas nos han preguntado si nos bañamos en el río…la mayoría de los lugareños lo hace, pero nosotros decidimos desde un principio que no lo íbamos a hacer. ¡Si hubieran visto todas las pirañas y caimanes que vimos, entenderían fácilmente por qué!!!


Visitamos cinco países en 6 semanas, todos ellos hermosos, pero sin duda, Venezuela es el lugar que más nos impresionó y sobre el cual vale la pena escribir algo.


Venezuela es impresionante, por su naturaleza bella e intocada en muchos lugares. Pero también es abrumadora y triste, por la terrible y miserable situación en que los venezolanos viven estos días. Para los que estamos fuera de Venezuela es difícil entender que los ciudadanos de ese país viven en una dictadura real, cuyo único objetivo es enriquecer a los que están en el poder a través de mantener a la población pobre, sin educación, forzada a auto exiliarse para tener una vida mejor y oprimida por una fuerza militar que es una copia de la Gestapo; omnipresente en el país y que demanda coimas para que uno no vaya detenido. Una fuerza militar aliada de Chávez y Maduro, que junto con el grupo Tupamaro, está diseñada para mantenerlos en el poder.


Al parecer, en estos días la situación ha tocado fondo porque Maduro no tuvo tanta suerte como Chávez con el precio del petróleo, así es que se está quedando sin fondos para pagar favores y mantener el país andando. Ni siquiera los seguidores de Chávez están contentos con Maduro, así es que tal vez las elecciones parlamentarias de diciembre traigan vientos de cambio a Venezuela. Sin embargo, el consenso general de los venezolanos es que mientras el gobierno siga asegurando el abastecimiento de comida barata (vía control de precios) en Caracas, no habrá una revolución real en el país y las cosas seguirán igual. Viajamos por Roraima, Puerto Ordaz, Canaima y Orinoco y vimos escasez en todos lados; pero los sectores rurales desabastecidos no son una preocupación para el gobierno, porque ellos no van a protestar.


Para nosotros, el ascenso de Chávez a presidente, es un ejemplo claro de lo que pasa en los países cuando los ciudadanos dejamos de confiar en la política. Yo, personalmente, estoy muy preocupada por la situación que vivimos en Chile hoy con nuestro circo de políticos sin un plan de desarrollo futuro para el país, con una ciudadanía a la cual ya no se le pregunta su opinión sobre ningún tema y una población que cada vez espera más que sean las leyes las que arreglen su vida.


Venezuela está en el lugar en que está, porque los políticos que tuvieron el poder antes que él, robaron a diestra y siniestra durante generaciones, manteniendo a los pobres en completo abandono y sin ninguna posibilidad de mejorar sus vidas. Chávez apeló al discurso del pueblo y el pueblo lo apoyó en 2000 y por primera vez los más pobres de Venezuela pudieron tener algo en su vida. Aunque los bienes que hayan recibido no hayan sido suficientes para cambiar sus vidas, la mayor parte de la población pobre de Venezuela aún ve al chavismo como una mejora sobre lo que tenían antes. Y los chavistas hicieron lo que los socialistas saben hacer mejor: nivelar la economía hacia abajo (o “bajar a los ricos de los patines” como dijo uno de nuestros ministros chilenos) para que “todos los ciudadanos tengan lo mismo” en lugar de enfocarse en qué hacer para elevar el nivel de la población pobre al mismo nivel de los ricos.


Con los Kirchner fuera del gobierno en Argentina, Maduro está ahora más solo en nuestro barrio sudamericano, así es que esperamos que haya cambios positivos pronto en Venezuela. Nos gustaría mucho regresar y visitar los muchos lugares que se quedaron en nuestra lista esta vez, pero lamentablemente nos quedamos con la sensación que no es seguro viajar solo en ese país. Los controles policiales son seguidos y constantes y solo se pueden traspasar pagando algún tipo de coima; además, Venezuela tiene escasez de gasolina…sí, Venezuela tiene petróleo, pero no lo refina, lo vende crudo y compra gasolina en el exterior…como no hay dinero en el país, porque su petróleo crudo no vale nada estos días, no hay dinero para comprar importaciones; que es la mayor parte de lo que consumen los venezolanos. La industria venezolana ha sido completamente destruida y hoy los venezolanos tienen que importar todo, desde su comida, ropa, gasolina, bebidas, etc, etc, etc. Sinceramente, esperamos que salgan buenas noticias de Venezuela pronto. Su gente linda se lo merece.


Además de Venezuela, fue muy interesante entender como todo el Amazonas (Perú, Colombia, Brasil, Guyana y Venezuela) está conectado a través de una cultura indígena compartida, que es mucho más antigua que la nuestra. Su comida, idiomas, tradiciones son casi exactamente los mismos los todos estos países, pero ahora están separados por fronteras e idiomas impuestos por el mundo occidental.


Cuando llegamos a Perú y tomamos nuestro primer barco entre Iquitos y Manaos nos sorprendió mucho lo sucio que es el río Amazonas. TODO (comida, basura, etc.) es arrojado al río desde los barcos (y desde las orillas) sin ninguna consideración por el medio ambiente. Después de dos meses aquí, hemos entendido que no son los indígenas los sucios, como la gente nos explicó al principio, sino que es nuestra “civilización”, la que impone nuestra “cultura” sobre ellos forzándolos a vivir de la misma manera que vivimos nosotros en las grandes ciudades. Hoy los indios se ven forzados a tomar Coca Cola, comprar agua embotellada, comer productos azucarados, todo en envases no biodegradables, en circunstancias que no cuentan con la infraestructura de reciclaje o limpieza con que contamos nosotros en nuestras ciudades. Hablando de responsabilidad social empresarial y dejando el efecto negativo del azúcar para otro post, empresas como Coca Cola deberían pensar en hacer envases biodegradables para este tipo de mercado. Pero hacer eso no es rentable, además a los indios no los ve nadie, así es que a quien le importa?


Habiendo dicho esto, también encontramos zonas como Canaima (Venezuela), Kaieteur (Guyana), Rio Negro (Brasil) que están muy limpias y bien mantenidas. Con seguridad, el turismo (o tal vez la ausencia del mismo) es la razón de ello. La biodiversidad en Amazonas es increíble y fue un placer poder ver aves y muchos otros animales viviendo libres en su hábitat natural. No olvidaremos el constante respirar de los delfines en Rio Negro cuando pasaban por el lado de nuestro bote, los guacamayos volando libres de un lado al otro del río, el canto de los tucanes en la mañana o la sensación de esperar que apareciera un dinosaurio en cualquier minuto mientras navegábamos por el río Churrún.


La pobreza nunca va a desaparecer de nuestro mundo porque nuestro sistema capitalista necesita gente pobre para que otros se hagan ricos. La pobreza en las ciudades grandes es miserable, pero este tipo de pobreza en la selva es muy triste. Triste porque no es una vida que los indios hayan escogido por sí mismos, Si ellos pudieran vivir de la manera tradicional que lo hicieron sus ancestros, no serían pobres ni estarían mal alimentados. Pero les exigimos que ellos se adapten a nuestro sistema de vida, sin tener las herramientas, habilidades y educación para poder hacerlo. Nuestra civilización necesita la selva para criar ganado y producir comida y para ello, sin ninguna consideración, cortamos todos los árboles, matando así a todos los animales que viven en la selva y que sirven de alimento a los indios. Los indígenas están condenados a seguir siendo pobres y sus votos políticos seguirán siendo comprados con un par de gallinas o un televisor nuevo, los cuales son rápidamente entregados el día de las elecciones. He pensado mucho en la situación de nuestros mapuches y en cómo estamos en una calle sin salida en ese diálogo porque no hay voluntad de los políticos chilenos de entender la posición de los mapuches y como encontrar una manera de que chilenos y mapuches convivamos en paz. Siempre es la “civilización” la que tiene la razón, la que sabe lo que es mejor para todos, la que debe ser adoptada por todos y las costumbres bárbaras (pero ancestrales) de los indígenas deben ser olvidadas.


En fin, dejamos Amazonas atrás para ver el Brasil de los negros, el noreste, con sus hermosas playas y gente alegre. Esperamos aprender muchas cosas de ellos también y los mantendremos informados.


Queremos dedicar una nota de agradecimiento a nuestras amigas Rosa y Karol, a quienes conocimos en Roraima (Venezuela), por permitirnos permanecer una semana en su casa en Manaos y se tomaron todo el tiempo del mundo para mostrarnos la ciudad. Muito, muito obrigados pra vocés!! Gracias a ustedes tenemos una opinión completamente diferente de Manaos de la que tuvimos el primer día que llegamos allí. Estaremos en contacto y esperamos vernos pronto en algún lugar del mundo. Dicen que los brasileños son personas cálidas, ¡pero nuestra percepción es que son personas maravillosas!!


Esperamos que disfruten mucho las fotos. Sólo un resumen pequeño de lo que hemos visto hasta ahora.

Claudia y Carsten




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