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Desayunos en América

Algunos de ustedes recordarán que una de las razones principales para realizar este viaje, era conocer los lugares en donde pensábamos que tal vez nos gustaría vivir, para poder decidir así si queremos seguir viviendo en Chile o si preferimos emigrar a algún otro país. Ambos disfrutamos mucho de la vida al aire libre, especialmente en áreas de montaña, así es que EE.UU. y Canadá eran dos países que no podíamos dejar de visitar si queríamos tomar una decisión bien informada. Después de investigar, decidimos que viajar por tierra usando un “motor home” sería la mejor forma de lograr el objetivo de pasar tiempo en los parques nacionales que queríamos ver.

Salimos de Seúl, Corea del Sur, a fines de Marzo y después de una breve escala en Beijing – donde casi pierdo mi pasaporte por dejarlo olvidado al lado de una fuente de agua – llegamos sin problemas a Los Ángeles. Pasamos la primera noche descansando en un hotel y al día siguiente fuimos a buscar el auto que sería nuestro hogar por 58 días. Arrendamos el motor home más pequeño, tenía solamente 19 pies de largo, lo cual fue una muy buena decisión porque son autos súper cansadores de manejar en carretera. Conocimos varias personas que arrendaron la versión con 30 pies de largo y después de algunos días estaban muy arrepentidos. Bautizamos nuestro auto como el “vagón gitano” porque al conducir todas las cosas que estaban adentro se movían, saltaban, se soltaban o se caían, así es que nos sentíamos como un par de gitanos conduciendo una antigua diligencia del lejano oeste.

Nuestra primera parada fue en San Dimas, al noreste de Los Ángeles, donde pasamos una noche junto con mi ex colega Nick y su familia. Fue muy bueno verlos después de tantos años y tener tantas historias para compartir. Al día siguiente partimos rumbo a Las Vegas donde pasamos dos noches y vivimos nuestra primera experiencia de la vida de “casa rodante” que viviríamos por los próximos dos meses. Digamos solamente que no es el tipo de vida “al aire libre” que a nosotros nos gusta….es más parecido a pasar las vacaciones en el estacionamiento de un mall.

La visita a Las Vegas fue divertida porque pudimos ver los lugares donde se filman tres programas de televisión que le gustan mucho a Carsten:”Pawn Shop”, ”Rick's Restorations” y ”Count's Kustoms”. En el lugar de Rick, estaba Rick y uno de los restauradores trabajando. Después de almuerzo decidimos ir a visitar el “Museo Nacional de la Bomba Atómica” para darle una vuelta complete a nuestro “tour de la bomba atómica” que empezamos en Japón. A decir verdad, nos resultó bastante chocante. El guía que nos llevó por el museo era un señor de unos 70 años que había trabajado en los campos de pruebas de bombas atómicas en Nevada y todo el tour se refirió a las bombas atómicas como “lindas”, “necesarias para mantener la paz mundial”, “la única forma en que nuestro país puede estar seguro”, etc. En nuestra opinión este señor debería ganarse un pasaje a Hiroshima para ver el efecto que sus “lindas” bombas atómicas tuvieron en las personas de Japón. Este tipo de actitud es uno de los shocks culturales que uno recibe al visitar EE.UU. por un tiempo un poco más largo que unas simples vacaciones. Los estadounidenses viven constantemente asustados de cualquier cosa que venga de fuera de sus fronteras, así es que siempre necesitan “protegerse” de alguna manera. No olvidemos que la industria de defensa es enorme en EE.UU. así es que usar a los medios para mantener a los ciudadanos asustados y apoyando el desarrollo armamentista es una estrategia que la industria y el gobierno han usado por años.

Durante la noche caminamos por “el Strip”, que es el área donde se concentran todos los casinos, así es que fuimos a visitar el Bellagio y Caesar's Palace. Caminamos algunas horas sacando fotos y observando la vida nocturna de la ciudad, que es exactamente como aparece en las películas.

Después de Las Vegas comenzamos nuestro camino para recorrer parques nacionales, pero antes de eso hicimos una parada breve en la represa Hoover. Es divertido que todas las cosas que uno ve en EE.UU. siempre te recuerdan alguna película, así es que obviamente nos acordamos de “Superman” cuando llegamos ahí. Supongo que estamos muy viejos porque personas más jóvenes solo la relacionan con “Transformers”. Esta represa atrapa el agua del río Colorado y es una fuente vital de agua para siete estados en el suroeste de EE.UU. Como muchos otros países, EE.UU. ha sufrido una gran sequía los últimos 11 años, así es que el nivel de la represa estaba bastante bajo, pero esto debería verse revertido en algunos meses porque este invierno cayó un récord de nieve en el oeste de EE.UU. y Canadá.

Seguimos nuestro viaje hacia el parque nacional del Gran Cañón del río Colorado, donde descubrimos que habíamos llegado justo en las vacaciones de primavera de los colegios, así es que estaba lleno de gente y no encontramos lugar para dormir dentro del parque. Afortunadamente todos los parques nacionales en EE.UU. están rodeados de áreas de bosques donde está permitido acampar, así es que de ahí en adelante, usamos esa alternativa siempre que fue posible. Aparte de ser gratis, son lugares mucho más bonitos que los campings de casas rodantes, que son estacionamientos gigantes donde la gente se encierra en sus autos a mirar televisión.

Vimos por primera vez el Gran Cañón la mañana del día siguiente cuando hicimos una caminata por el sendero llamado Bright Angel. Empezamos a caminar temprano y estaba nublado y frío pero poco a poco se fue despejando y revelando unas vistas maravillosas. Caminamos 18 km de ida y vuelta a un lugar que se llama Plateau Point, que tenía una hermosa vista del cañón y del río. Al día siguiente quisimos hacer algo más relajado, pero terminamos caminando casi la misma distancia otra vez. El parque del Gran Cañón es uno de los más visitados en EE.UU. así es que tienen muchos caminos que no son accesibles en auto, sino solamente con buses del parque o a pie. Cuando hay mucha gente, tomar buses es un proceso “complicado”, así es que preferimos caminar en vez de esperar los buses. Disfrutamos mucho nuestra estadía en este parque y nos gustaría volver alguna vez para bajar hasta el río y probablemente hacer rafting. Pero definitivamente no es un lugar para caminar en verano porque las temperaturas llegan a 46 grados Celsius, así es que primavera u otoño son mucho mejores estaciones para visitar.

Una cosa que es interesante en EE.UU. son los centros de visitantes que tienen los parques nacionales. El marketing es algo que todos deberíamos aprender de EE.UU porque es indudablemente una de las cosas que mejor saben hacer. La información de los parques es muy completa, los guarda parques son muy amables y dispuestos a ayudar (sobre todo los más viejos), tienen salas de cine donde puedes ver películas de los parques, tienen aplicaciones de celular y páginas web con información y guías muy completas de caminatas, campings, etc. Me gustó mucho el que realizan programas de “guarda parques jóvenes” donde los niños se pueden inscribir y ayudar en el parque para aprender más sobre la naturaleza. Y demás está decir que la cantidad de cachivaches que se pueden comprar de recuerdo de los parques es innumerable y de muy buena calidad y diseño. ¿Por qué Conaf en Chile no puede hacer una alianza con Doite o Lippi para vender cosas de buena calidad con el nombre de nuestros parques en Chile en lugar de vender cosas baratas y de mala calidad? Tenemos tanto por aprender aún.

Para seguir rumbo hacia el norte tuvimos que elegir entre dos caminos y decidimos seguir hacia Monument Valley y dejar para otro viaje las visitas a los parques nacionales de Zion y el cañón de Bryce. Monument Valley está localizado en una reservación de los indios Navajo en la frontera entre Arizona y Utah. Nuestra primera noche ahí fue bastante fría, estaba nevando y temimos que las cañerías de agua del auto se congelaran, pero tuvimos suerte que la temperatura solo llegó a -4C, así es que no pasó nada. A la mañana siguiente entramos al parque y visitamos el centro de visitas donde aprendimos que muchos indios Navajo fueron soldados durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. Fueron usados para entregar mensajes, en navajo, que no podían ser descifrados por el enemigo.

Decidimos tomar un tour para visitar el valle y nuestro guía fue Will, un indio Navajo cuya familia ha vivido en la zona por 18 generaciones. Hoy solamente 11 familias viven dentro del valle. Will nos contó como él y sus amigos han participado de extras en muchas películas del oeste que se han filmado aquí (Indiana Jones, muchos westerns antiguos, El Llanero Solitario, etc.). Hoy, al igual que en muchos otros lugares del mundo, los pueblos originarios en Norteamérica son pobres, tienen menos acceso a educación y menos oportunidades de trabajo que la población blanca. Will nos contó que la mayoría de los hombres (indios) jóvenes se enlistan en el ejército porque no tienen posibilidades de trabajo en la región. Después de la Segunda Guerra Mundial muchos indios fueron reclutados para trabajar en las minas de uranio, de donde el gobierno obtenía el metal para fabricar las bombas atómicas que se produjeron durante la Guerra fría. Antes es eso, los indios también fueron esclavos de los mexicanos, en el tiempo en que Utah y Arizona pertenecieron a México.

Los indios norteamericanos, desde Nuevo México hasta Alaska comparten un origen común ya que sus ancestros vinieron desde Mongolia. El lenguaje entre todas estas tribus tiene una raíz común por lo cual pueden entenderse entre ellos y además entender el mongol. Will nos explicó algunas de sus tradiciones como por ejemplo el que sus mocasines no deben tener suelas “para no dejar huellas. Porque los niños deben descubrir el mundo como es; no podemos cambiarlo.” Al igual que los aborígenes australianos, los indios norteamericanos eran nómades y creen que la naturaleza no debe ser alterada. Por la misma razón, ellos no dejaron petroglifos ni construcciones, a diferencia de los pueblos centro y sudamericanos.

Ellos también manejaban el concepto de ADN mucho antes que el hombre blanco. Cada persona viene de cuatro clanes: el clan de su madre, el clan de su padre, el clan de los padres de la madre y el clan de los padres del padre. Una persona no puede casarse con nadie que esté dentro de esos cuatro clanes. Los niños deben pasar tiempo con los viejos, porque es así como se traspasan las tradiciones. La tierra no pertenece a nadie y “es por eso que el hombre blanco tomó nuestras tierras cuando llegaron aquí. Ellos pensaron que si la tierra no le pertenecía a nadie, entonces ellos tenían derecho a tomarla”. Will usó un juego de palabras para explicarnos que los indios creen que “historia” o “history” en inglés, es la historia del hombre blanco, no la historia con los ojos de los indios. “His story, not our story”. “Su historia, no la nuestra”. Quedamos muy contentos con este tour, que fue muy interesante.

Al salir del parque hicimos una parada en la milla 13 de la carretera 163, para ver el lugar donde Forrest Gump se cansó de correr. Pasamos la noche en un lugar llamado el Valle de los Dioses, que era realmente bonito y vimos muchas estrellas. A la mañana siguiente seguimos nuestro viaje hacia el norte de Utah y llegamos al parque nacional de los Arcos, cerca del pueblo de Moab. Utah y Arizona tienen miles de estos arcos de piedra que se han formado a través de millones de años de evaporación de agua marina. No olvidemos que hace 300 millones de años el mar cubrió el Cañón del Colorado y después se fue evaporando. Hicimos caminatas por el parque toda la tarde y el día siguiente y fue muy interesante verlo.

Continuamos nuestro camino hacia las Montañas Rocosas y al llegar al estado de Colorado empezamos a tener mal tiempo. Mucha lluvia y nieve cuando pasamos cerca de los centros de esquí de Vail y Aspen, sin embargo, los centros de esquí mismos no tenían mucha nieve porque ya era tarde en la temporada. Paramos en un pueblo llamado Grand Junction para hacer nuestra compra de supermercado semanal y encontrar un lugar para dormir. Buscando donde pasar la noche llegamos a un parque de remolques, los cuales son bastante comunes en EE.UU. y es donde vive mucha gente (blanca) de bajos recursos. Hablamos con una familia de ellos para pedirles direcciones y fueron amables, pero en verdad eran bastante raros y nos recordaron a la familia de Cletus de Los Simpsons.

El día siguiente fue largo, con mal tiempo y logramos llegar a la entrada del parque nacional de las montañas rocosas. Nos costó mucho encontrar un lugar para dormir y al día siguiente hicimos una visita muy corta al parque. Aún estaba todo muy nevado, caminos cerrados y no había mucho que ver. Además esa noche vendría una tormenta de viento y nieve y la temperatura bajaría a -16C con lo cual seguro se congelarían las cañerías del auto, así es que teníamos que buscar un lugar más bajo o un campamento con electricidad para poder mantener la calefacción encendida durante la noche. Vimos muy poco del parque y pensamos que la mejor época para visitarlo debe ser al final del verano o principios del otoño, cuando puedes ver la temporada de apareamiento de los antes (elks en inglés), ciervos con grandes cuernos, típicos de Norteamérica. Antes de la primavera solo puedes ver pinos porque los otros árboles perdieron todas sus hojas, lo que hace que los bosques se vean bien planos y aburridos; además hay muy poca vida silvestre que ver. Así es que seguimos nuestro viaje hacia el norte y llegamos al Parque estatal de Boysen, que sin pensarlo, resultó ser un lugar donde pasamos bastante tiempo.

Boysen es un parque ubicado al lado de un lago en la reservación Navajo llamada Wind River. El día que llegamos ahí fue el primero en que pudimos salir del auto a sentarnos un rato afuera y mirar el atardecer sin morir congelados, así es que nos gustó mucho. Pasamos el día siguiente en Termópolis, un pequeño pueblo con una zona termal, donde pudimos bañarnos en las termas y vimos los primeros bisontes de nuestro viaje. Por pura casualidad, llegamos a visitar el Centro de Dinosaurios de Wyoming, el cual fue una gran sorpresa porque pudimos ver esqueletos reales de dinosaurios enormes. Vimos a ”Stan”, un T-Rex de 12 metros de largo,”Jimbo” un Supersaurio de 37 metros y un Camarosaurio de 18 metros entre muchos otros. Recién ahí nos hicieron sentido todas las bombas petroleras que habíamos visto por todo el camino en Wyoming. Tantos dinosaurios….por supuesto esa es la razón de que EE.UU. y Canadá sean tan ricos en petróleo.

Mientras estuvimos en Termópolis descubrimos que ese fin de semana habría un Powwow en el pueblo de Riverton, así es que decidimos quedarnos unos días más para poder verlo. Un Powwow es un evento social de las comunidades indias de Norteamérica. Durante estos eventos ellos se reúnen para cantar, bailar, socializar y celebrar sus culturas. Era un evento público y abierto a todos, así es que decidimos ir a mirar. Para pasar los días que nos quedaban, decidimos viajar primero hacia Little Bighorn, que es un monumento nacional que conmemora el lugar donde se llevó a cabo la batalla de Little Bighorn. En junio de 1876, los indios Sioux (Lakota), Cheyenne y Arapaho liderados por el gran jefe Caballo Loco e inspirados por las visiones de su líder espiritual Toro Sentado, enfrentaron al 7° Regimiento de Caballería liderado por el Teniente Coronel George A. Custer y ganaron la batalla. Esta derrota fue un trago amargo para el gobierno de EE.UU. que por esos días celebraba sus 100 años de independencia de Inglaterra. Custer era un héroe de la Guerra Civil y su derrota – y muerte – fueron un verdadero shock para los norteamericanos blancos.

En el año 1868, el gobierno de EE.UU. había firmado con los indios el tratado de Fort Laramie, a través del cual garantizaba a los Sioux la propiedad del territorio conocido como Black Hills – el más sagrado de los territorios indígenas en Norteamérica – y derechos de caza en Dakota del Sur, Wyoming y Montana. La entrada de hombres blancos en estas tierras no estaría permitida a menos que obtuvieran derechos de paso por parte de los indios. El gobierno posteriormente rompió este acuerdo al enviar a Custer a explorar Black Hills para ver si encontraba oro. Custer por supuesto lo encontró y como esperaba el gobierno, hizo público su descubrimiento. El gobierno dijo entonces a los indios que no podía evitar que las personas fueran a buscar oro a Black Hills y los buscadores de oro comenzaron a llegar en números importantes. Esto reactivó la guerra entre blancos e indios y la derrota en Little Bighorn le dio al gobierno el apoyo ciudadano que necesitaba para lanzar un fuerte contra ataque y derrotar definitivamente a los indios, quitándoles de paso sus tierras y relegándolos a algunas reservaciones.

En junio de 1980, la Corte Suprema de EE.UU. dictaminó que el gobierno le había quitado ilegalmente la tierra a los Sioux y ordenó una compensación enorme por el valor de mercado de la tierra además de 100 años de intereses. Hasta el día de hoy ese dinero sigue en custodia en el banco. Los Sioux se niegan a recibir el pago y demandan que el gobierno de EE.UU. les devuelva sus tierras, especialmente Black Hills.

Siguiendo con nuestro viaje, nos dirigimos hacia el pueblo de Cody, famoso por su museo dedicado a Buffalo Bill. Es un museo muy interesante y bastante grande, pero teníamos solamente algunas horas para visitarlo así es que nos perdimos varas secciones que nos habría gustado ver. William ”Buffalo Bill” Cody fue un explorador, soldado de la Guerra Civil, cazador de bisontes y un hombre del espectáculo. Desarrolló un show llamado “El Salvaje Oeste de Buffalo Bill” que lo llevó a recorrer todo el mundo, haciendo incluso una presentación para la reina Victoria en Inglaterra en 1887. Respetuoso de los indios y de sus derechos civiles, empleó a varios de ellos en su show como una manera de mostrar al mundo el lado humano de los “feroces guerreros”, para que las personas pudieran entender que ellos también tenían familias y una cultura como todas las demás personas. Toro Sentado participó de este show durante algunos años después que los indios fueran derrotados y forzados a vivir en reservaciones.

Después de estas interesantes clases de historia, volvimos hacia Riverton y pasamos toda la mañana del día siguiente haciendo labores hogareñas: lavar la ropa, limpiar el auto, hacer las compras, etc. y esperamos a que empezara el Powwow. “Nunca se sabe a qué hora es la hora india”, nos dijeron en el pueblo, cuando fuimos a preguntar tres veces a qué hora iba a empezar el evento que, supuestamente, iba a comenzar a mediodía. Habíamos visto algunas fotos de Powwows e imaginábamos que sería un evento al aire libre, donde podríamos sacar fotos bonitas; pero dado que este era el primer evento del año y era más pequeño, fue realizado en un gimnasio y eso le quitó parte del encanto que esperábamos ver, además de quitarle luz a nuestras fotos y hacer que salieran bastante movidas. Éramos los únicos blancos en el evento y todas las personas fueron muy amables en ayudarnos a encontrar un lugar para sentarnos y algunos se tomaron un tiempo para explicarnos lo que pasaría. A pesar del lugar, fue un evento muy colorido y vibrante y lo disfrutamos mucho. Las personas bailaron juntas y también en diferentes grupos (hombres, mujeres, niños, niñas, y también adolescentes y ancianos). Cada grupo tiene un tipo de danza definida y la danza de las niñas pequeñas era muy bonita, porque llevaban capas y eran bailes similares a los de la fiesta de La Tirana en el norte de Chile. Algún día cuando volvamos a Norteamérica queremos ver un Powwow en el verano y al aire libre; debe ser todo un espectáculo.

Finalmente, después de una semana en el área de Termópolis seguimos nuestro viaje hacia el próximo parque: el Gran Tetón. Antes de llegar, pasamos por un pequeño pueblo llamado Dubois y paramos a tomar un café. Tuvimos una entretenida conversación con el dueño (un hombre de Nueva York que decidió dejar la vida de la ciudad y mudarse a Wyoming) y la chica que atendía el café. Ella era de Wyoming y nos contó que en ese estado, los niños y niñas aprenden a disparar y tienen clases de cacería, en el colegio, a partir de los 8 años. Nos contó que vivió un año en Colorado pero no le gustó porque es “muy estructurado” y le pasaron una multa de USD 175 por no ponerle una correa a su perro cuando salió de su casa a buscar el correo que estaba afuera de su casa. Nos dijo que “Colorado es el lugar adonde va la gente de California cuando quieren sentirse en el Lejano Oeste”.

Después de un rico café, seguimos nuestro camino y logramos llegar al Gran Tetón. Este parque es un área muy famosa para el montañismo, y geográficamente un poco parecida a los Cuernos del Paine, porque las montañas, que son muy escabrosas, se alzan abruptamente desde un valle muy plano. Desafortunadamente para nosotros, el invierno aún estaba presente en esta zona (aunque ya era fines de Abril) y la zona sur del parque (que es el sector donde están los senderos de caminata más famosos) estaba cerrada para los vehículos y turistas. Así es que tuvimos que conformarnos con manejar por las áreas que pudimos (en el centro y el norte), tomar algunas fotos y hacer un reconocimiento del lugar para una próxima visita. Vimos algunos alces jóvenes, que ya eran bastante grandes y un coyote, además de algunos castores, pero en general, como aún había mucha nieve, no se podían ver muchos animales grandes. Este parque está conectado con la parte sur del parque de Yellowstone a través de un pequeño parque y un camino llamado la carretera de John D. Rockefeller Jr. Rockefeller, hijo del famoso fundador de la compañía petrolera, era filántropo y tenía un interés especial por la conservación de áreas silvestres. A través de los años compró miles de hectáreas de terreno en Jackson Hole, el Tetón y el sur de Yellowstone, las cuales posteriormente donó al gobierno para que fueran convertidas en parques nacionales. Al leer la historia de Rockefeller me vino a la mente inmediatamente la historia de Douglas Tompkins, un empresario estadounidense que fundó las empresas Esprit y North Face, quien después de una viaje a la Patagonia comenzó a comprar miles de hectáreas en Chile y Argentina con el mismo objetivo de Rockefeller. Los medios y los políticos chilenos siempre fueron muy críticos con él y lo acusaron de querer apropiarse del país, de querer construir un nuevo Israel y todo tipo de teorías conspirativas. Resulta que la filantropía no es una actividad ajena ni poco usual en un estadounidense, como lo es para nuestros empresarios chilenos. Pienso que nuestros empresarios chilenos podrían aprender mucho de Rockefeller, Tompkins y otros como ellos cuando se trata de compartir lo que han logrado en su vida.

Disfrutamos una noche con una hermosa vista a las montañas del Gran Tetón y al día siguiente tomamos rumbo hacia Yellowstone, el primer parque nacional del mundo, que fue establecido en 1872. La entrada sur (que conecta con el Gran Tetón) estaba cerrada por ser invierno, así es que tuvimos que tomar un desvío para entrar por el norte y eso nos demoró un par de días. Cuando comenzamos a acercarnos al parque, pudimos ver una manada de bisontes muy cerca de nosotros y fue muy emocionante. Son animales mansos, pero bastante grandes y no queríamos hacerlos enojar, así es que anduvimos despacio. En Yellowstone nos quedamos cinco noches y acampamos en el sector de Mammoth, que era el único camping abierto en esa fecha. Después de almorzar fuimos hacia el sector de Lamar Valley, que es más abierto y permite ver fácilmente a los animales. Ese mismo día vimos nuestro primer oso grizzli y un oso negro. Esperábamos ver manadas enormes de bisontes, pero en realidad no fue así. Como ya es normal en todo el mundo, los seres humanos somos responsables de la cuasi extinción de los bisontes. A comienzos del 1800, la población de bisontes en Norteamérica llegaba a casi 60 millones de animales, los cuales eran la base de alimentación y vida de los indios de las praderas. La manera más fácil de eliminar a los indios era eliminar su fuente de alimento y su estilo de vida, así es que el gobierno de EE.UU. no escatimó esfuerzos en promocionar la “caza deportiva” de los bisontes y esto llevó a que el año 1893, quedaran solo 300 bisontes salvajes con vida. Hoy la población de bisontes en EE.UU. es de aproximadamente 150.000 cabezas (mayoritariamente animales de criadero) y solamente unos 5.000 viven libremente en Yellowstone. Así es que, vimos bisontes, pero en manadas pequeñas, de máximo 15-30 animales.

Durante nuestra estadía en el parque vimos tres osos Grizzlies, una jauría de lobos, un lobo solitario, dos alces, muchos bisontes, antes, etc. Pasamos toda una mañana mirando a los lobos, esperando a que fueran a cazar algo, pero no tuvimos tanta suerte. También pudimos hacer una caminata, la primera en territorio de osos, y debemos decir que fue bastante estresado para nosotros. Nos gusta mucho disfrutar del silencio y de los sonidos de la naturaleza cuando caminamos, pero en territorio de osos, estás obligado a hacer ruido y hablar todo el tiempo. Debes evitar a toda costa sorprender o asustar a un oso, especialmente si es una madre con crías, así es que hay que hacer ruido para que se asusten y se vayan antes que los encuentres en tu camino. Tuvimos que aprender a usar el spray de osos, que es muy recomendado en EE.UU., no así en Canadá.

Tuvimos mucha suerte de llegar a Yellowstone en la semana en que abrirían parte del camino hacia los géiseres, así es que pudimos ver ese sector también. El parque de Yellowstone está localizado sobre una antigua caldera de un volcán activo; el mayor sistema volcánico en Norteamérica. La caldera actual se formó durante una erupción que ocurrió hace 640.000 años y fue una erupción 1.000 veces más fuerte que la del monte St. Helen en 1980. Dos tercios de todos los géiseres que existen en el mundo están en Yellowstone, así es que pasamos dos días recorriendo todas las cuencas volcánicas del parque. Vimos Old Faithful - que es el géiser más famoso - en acción un par de veces y también tuvimos suerte de ver el géiser Beehive, que es mucho menos frecuente que Old Faithful y mucho más potente. Nuestra cuenca favorita fue la llamada Porcelain, porque tiene muchos colores, formas y texturas diferentes. Muchas de las fotos “dramáticas” de géiseres que ustedes hayan visto de Yellowstone son fotografías aéreas, así es que las nuestras no se ven exactamente igual, pero de todas maneras es una experiencia inolvidable estar ahí y ver esos paisajes.

Al salir de Yellowstone hicimos una parada en el santuario de Grizzlies de Montana, que resultó ser la única vez en que veríamos osos realmente cerca. Este santuario tiene cinco osos, todos rescatados de condiciones de cautiverio u orfandad y son animales que no tienen posibilidad de sobrevivir por sus propios medios en la naturaleza. El santuario hace especial énfasis en la educación, sobre todo en los colegios locales de Wyoming, Idaho y Montana, donde los osos son parte de la vida diaria de las personas. En nuestras visitas a los parques nacionales, nos habían comentado normas generales de conducta en territorio de osos, pero aquí nos dieron información más específica y fue bien interesante.

Básicamente, en Norteamérica hay dos tipos de osos. Los osos negros son pequeños y no superan los 200 kg de peso. Si te encuentras con uno, a una distancia razonable, puedes asustarlo con gritos y parándote en alguna roca para parecer más grande. Los osos no tienen muy buena vista, así es que si vas en grupo, ellos “ven” un animal ruidoso y grande y la mayoría de las veces evitan el conflicto y se alejan. Una madre con crías puede ser peligrosa porque te verá como un peligro y si estás muy cerca tratará de atacarte. Si eso pasa, la única solución es usar el spray y pelear con ella si llega a tocarte.

Los osos Grizzlies por otro lado….otro animal completamente diferente. Primero que todo son enormes y pueden llegar a pesar más de 400 kilos. Si te encuentras con uno, debes tratar de parecer lo menos “peligroso” posible. Debes retroceder lentamente y mirándolo, pero sin hacer contacto visual directo, debes “hablarle suavemente” y esperar que pierda el interés en ti. Si el oso decide atacarte, debes usar el spray cuando esté suficientemente cerca (y ojalá que no tengas el viento en contra tuyo…..). Si no tienes spray o no funciona, debes hacerte el muerto acostándote sobre tu estómago y tapando tu cuello con tus manos, hasta que el oso termine de atacarte y te considere un peligro eliminado. Si el oso te acecha y después de eso te ataca, la única manera de salvarte es pelear con él, lo cual en el caso de un animal tan grande resulta casi misión imposible.

Como dijimos arriba, los osos no ven bien, pero tienen un sentido del olfato increíble y pueden oler una pasa a 5 km de distancia. Cuando los osos se ponen en dos patas, es porque quieren ver y oler mejor lo que está a su alrededor, no es una posición de ataque como muestran las películas. Nos contaron la historia de una chica que estaba acampando en Yellowstone con su pololo y fue a bañarse con un champú con olor de frutilla. Durante la noche sintió que alguien le chupaba la oreja y pensó que era su pololo, solo para encontrarse con un oso negro que había entrado a su carpa buscando las frutillas. La chica casi perdió la oreja y aprendió que cuando estás en territorio de osos, los perfumes, cosméticos y artículos de aseo perfumados deben ser evitados.

Todos los parques nacionales en EE.UU. y Canadá tienen cajas de seguridad en los campings, donde hay que guardar la comida. Nuestro motor home era un lugar seguro para guardar la comida, aunque ha habido casos en que los osos han roto los autos para poder llegar a ella, así es que es importante mantenerla fuera de su alcance. No tanto por la seguridad de las personas, sino de los osos mismos, porque una vez que se acostumbran a buscar comida en los campamentos, se ponen agresivos cuando no la encuentran. Y los osos agresivos deben ser eliminados para que no ataquen a la gente. Así es que los animales siempre terminan muertos por culpa nuestra; simplemente porque nosotros no hemos sido capaces de mantener nuestras cosas fuera de su alcance. Así es que la lección más importante que aprendimos sobre animales en nuestro viaje alrededor del mundo fue esa: los animales salvajes deben permanecer salvajes para poder sobrevivir, por lo tanto ¡¡NO LOS ALIMENTE!!! Esto es una lección diaria en todos los parques nacionales que visitamos en África, Australia y Norteamérica y deberíamos tenerlo siempre presente donde quiera que estemos. El elefante sabe bañarse solo, no necesita que usted lo bañe. El tigre no es más feliz porque usted se saca una foto con él, ni el delfín está contento cuando salta con usted en el agua. Protejamos el medio ambiente para que los animales tengan donde vivir y nosotros tengamos donde verlos en libertad; el resto no es necesario.

Dejamos a los osos para seguir nuestro camino hacia el norte y paramos una noche en el parque nacional de Glacier. Hay dos escenas en Forrest Gump donde él está corriendo a través de EE.UU. y corre por un lago con hermosas montañas en el horizonte. Ese es el lago St. Mary en Glacier, pero cuando nosotros lo vimos estaba bastante diferente porque estaba casi completamente congelado. Este parque también tiene un camino muy famoso que se llama “Yendo hacia el Sol” (el camino por el cual conduce Jack Nicholson en la película “El resplandor” cuando se dirige hacia el hotel que va a administrar), el cual normalmente está tapado de nieve hasta principios de Mayo. Este año, debido al gran volumen de nieve caída en el invierno, abrirían el camino recién a fines de Julio. Así es que pasamos solo una noche en el parque y tuvimos suerte de ver las montañas el día que llegamos porque al día siguiente estaba nublado y con lluvia.

A la mañana siguiente seguimos rumbo a la frontera con Canadá y hacia Calgary, donde pasamos algunos días con una amiga. Canadá y el estado de Alberta especialmente, no están pasando una época muy fácil con los bajos precios actuales del petróleo y el gas, debido a que su economía se basa en estos productos. Calgary nos pareció una ciudad muy bonita, hay buenos restaurantes y cafés, muchos parques y la gente se ve muy deportista en general. Los canadienses en general son orgullosos de sus deportistas y se preocupan de la salud y de hacer deporte en general. Esta es una de las grandes diferencias con EE.UU. donde hoy en día todos los supermercados cuentan con carros para “discapacitados”, que es solamente la manera políticamente correcta de llamar a todos los obesos que hay en el país. Cuando se vuelve común el que haya tantas personas tan gordas que no son capaces de caminar por el supermercado para hacer sus compras, significa que algo está muy mal en ese país. En este viaje visitamos muchos países y Japón fue el único en el cual nunca vimos personas obesas. Hasta que llegamos a EE.UU. la persona más gorda que habíamos visto, había sido un camionero australiano, que debe haber pesado unos 230 kilos, que nos hizo preguntarnos cómo haría para poder subirse a su gigantesco camión de 100 metros de largo. Pero EE.UU. está en una liga diferente cuando se trata de obesidad y lo peor es que las personas están tranquilas con eso. Tristemente, la obesidad también es un reflejo de la pobreza, la flojera y también de un intento por aumentar el consumo en la industria farmacéutica, el área de salud, etc. Nunca, en ningún otro país, hemos visto tantos comerciales en radio y televisión influenciando a la gente a vivir comprando medicamentos, contratando seguros, buscando apoyo legal, asesorándose por corredores de propiedades o buscando refinanciamiento de créditos. EE.UU. es el templo del consumo, en todas las áreas y con todas sus letras.

Bueno, pero volvamos a nuestra historia. Nuestra estadía en Calgary fue genial y disfrutamos el tiempo con nuestra amiga, además de visitar el Parque Olímpico. Queremos regresar alguna vez para ver el “Calgary Stampede” que es una semana dedicada a eventos de rodeo y es muy famosa y entretenida. Los rodeos se realizan en el verano en Norteamérica, así es que lamentablemente no pudimos ver ninguno esta vez.

De Calgary seguimos rumbo al norte, en lo que se convertiría en el punto más alto de nuestro viaje a Norteamérica. Banff y la ruta de los glaciares para llegar al parque nacional de Jasper. Creo que no me equivoco al decir que nunca en nuestras vidas habíamos viajado con la boca abierta de la impresión por tantos kilómetros seguidos. Este es un viaje de 280 km a través de enormes, majestuosas y hermosas montañas, una detrás de la otra; además de ríos, lagos, glaciares y lagos glaciales. Otra vez, debido a la gran cantidad de nieve caída, la mayoría de los lagos estaban congelados, así es que esto solo reforzó nuestro plan de regresar ahí en el verano alguna vez. En realidad, tomamos la decisión que Jasper será nuestro plan B en caso que nuestro nuevo plan de vida en Chile no funcione. Es un lugar tan, tan hermoso, que esperamos que algunas de las fotografías le puedan hacer justicia, porque fue el paseo que más nos gustó en Norteamérica. El lugar más al norte al que logramos llegar en Norteamérica fue latitud N 52°54'27.9900" y longitud W 118°03'42.7356", que si diéramos vuelta el mapa, es un estar un poco más al sur de Puerto Natales.

En Jasper dimos vuelta hacia el sur y decidimos parar unos días en Penticton, en Columbia Británica, para visitar a un antiguo amigo de Carsten que lleva muchos años viviendo allá. Penticton es un lindo pueblo a orillas del lago Okanagan, donde se ubica la nueva zona de vinos de Canadá y además tienen bastante producción de fruta. Quedamos sorprendidos de lo bueno y caluroso que es el clima en esa zona. Pasamos unos días muy buenos con nuestros amigos, jugando Mountain Jenga y conduciendo motos y desde ahí seguimos rumbo al sur con destino Vancouver. Al llegar a Jasper tuvimos que empezar a decidir qué lugares deberíamos dejar fuera del viaje porque no teníamos mucho tiempo para regresar a Los Ángeles y como nos habían dicho que Vancouver es muy lluvioso, decidimos que probablemente no es el lugar donde nos gustaría vivir, así es que lo eliminamos de la lista y fuimos directo a la isla de Vancouver.

Antes de eso, pasamos unas noches en el pequeño pueblo de Lillooet, donde quedamos “atrapados” porque una tormenta causó la salida de ríos y el corte del camino hacia Vancouver. Resultó que Lillooet estaba justo al borde del río Fraser, famoso por ser uno de los mejores lugares del mundo para la pesca deportiva del esturión blanco. Carsten había hablado de pescar esturiones desde que yo lo conozco, así es que encontramos un guía, un buen precio y fuimos a pescar al día siguiente. Pescó un esturión de 208 cm y 125 kg de peso, que probablemente tenía más de 50 años, así es que quedó muy feliz con la experiencia.

Después de la aventura de pesca, seguimos rumbo hacia la isla de Vancouver, que resultó ser un lugar muy bonito, pero no nos gustó tanto porque era demasiado “perfecto”. Esos lugares donde la gente va de vacaciones y todo funciona, pero no realmente un lugar para vivir todo el año ni para explorar y encontrar muchas cosas interesantes. Fue bueno verlo, porque todos hablan de la isla de Vancouver como un lugar que “hay que ver”, pero en nuestra opinión no se compara con los paisajes de montañas de Alberta. Todo es cuestión de gusto supongo. Conocimos a una pareja muy simpática en la isla un día que estábamos sentados en una banca comiendo un helado y mirando el mar. Vieron nuestro auto y pensaron que éramos de California, pero cuando les dijimos que veníamos de Chile se sorprendieron aún más porque ellos estaban a punto de viajar por vacaciones a Chile a visitar a una hija que estaba allá. Ese es otro ejemplo de las diferencias culturales entre Canadá y EE.UU. Tan pronto cruzamos la frontera hacia Canadá nos dimos cuenta que todas las personas con las que hablábamos (supermercados, tiendas, calle, etc.) parecían tener mejor educación y mejor comprensión del mundo de lo que tienen las personas en EE.UU. Mucha gente en EE.UU., y visitamos diez estados en este viaje, parecen tener miedo del mundo que está fuera de sus fronteras y no saben nada de lo que pasa fuera de la calle misma donde viven.

Durante este viaje a Norteamérica empezamos a entender por qué los estadounidenses siempre viajan en grupos o en tours organizados. Otra vez, tiene que ver con el sistema de consumo: la “industria del miedo” que los medios ayudan a crear, permite que la industria de defensa y la del turismo se desarrollen. Las personas tienen miedo de viajar solas, por lo tanto, contratan tours y personas para que los lleven a todos lados. La señalética en EE.UU. está diseñada para asustar a la gente, no para informar. Todos los lugares son peligrosos, los animales son salvajes y pueden matarte, tienes que tener cuidado constantemente, etc. Cuando llegamos a los parques nacionales en Canadá nos sorprendió mucho que no veíamos carteles informando sobre los osos, como ocurre en EE.UU., así es que le preguntamos a los guarda parques si acaso no había osos en esos parques. La respuesta fue: “Por supuesto tenemos. Estamos rodeados de osos, usted solamente tiene que saber cómo reaccionar cuando aparece uno, no es motivo de preocupación para nadie. El spray de osos no lo recomendamos porque tenemos muchas madres con crías en esta época y no queremos que resulten dañadas”. La actitud ante el “problema” de los osos es diametralmente opuesta en ambos países y demuestra una gran diferencia cultural entre ambos.

Me sorprendió eso sí que todos los estadounidenses con los que hablamos sabían dónde estaba Chile y algunos sabían que tenemos montañas. Esto puede resultar un shock para los chilenos, pero en la mayoría de los países del mundo nadie sabe que existe un país que se llama Chile o donde queda o qué idioma se habla en él. Tuvimos algunas experiencias chistosas en EE.UU. donde algunas personas nos hicieron comentarios como “deben visitar el lago Tahoe, es el más profundo del mundo”…..o “hay 350 billones de personas en el mundo”….Pero en realidad, si lo pienso bien, si uno visita áreas rurales en Chile, no somos muy diferentes de los estadounidenses en términos de ignorancia y falta de educación; es sólo que fue interesante ver las diferencias entre Canadá y EE.UU. porque son simplemente tan obvias.

Al viajar por estos diez estados en EE.UU. fue muy fácil entender por qué Donald Trump fue elegido como presidente. Simplemente su equipo fue mejor en identificar “donde le aprieta el zapato” al gringo común, en hablarles en “su propio idioma” y en hacer propuestas políticas diferenciadas para cada estado. Arizona, Utah, Idaho, Wyoming y Montana son estados que dependen netamente de la agricultura y el petróleo y actualmente sufren con los bajos precios mundiales de los granos y del petróleo y el gas. La vida en estos estados está muy lejos de la modernidad que se puede ver en las grandes ciudades costeras en California o la costa este y los electores de estos estados no tienen nada en común con Hillary Clinton o con Steve Jobs. Cuando el Sr. Trump dice que va a volver a abrir las antiguas fábricas y devolverles sus trabajos, esta gente realmente lo cree. Será un despertar muy duro cuando finalmente se den cuenta que no fueron los chinos quienes les quitaron sus trabajos en las fábricas, sino la tecnología producida en su propio país y la que vida como era hace 100 años atrás, ya no va a volver.

Volviendo a nuestro viaje, desde la isla de Vancouver tomamos un ferry para ir a Puerto Ángeles en EE.UU. Esta vez decidimos también omitir la visita a la ciudad de Seattle porque era un desvío a otra ciudad lluviosa y también porque queríamos evitar llegar al parque nacional de Yosemite durante un fin de semana. Así es que “volamos” a través de los estados de Washington y Oregon, lo cual fue una pena porque lo que pudimos ver en el camino fue bastante bonito, pero también nos llovió todo el camino desde Vancouver hasta que llegamos a California dos días después. Queríamos desviarnos en Washington a ver el monte Rainier pero el camino estaba cerrado por nieve, así es que preferimos seguir avanzando y llegar al parque nacional Redwood lo antes posible.

Redwood fue una parada muy bonita y si bien habíamos visto árboles gigantes en la isla de Vancouver, (los abetos Douglas), ver los redwoods (o secoyas rojas costeras en español) fue muy especial. Estos árboles existen en las costas del norte de California desde hace 20 millones de años. Las más antiguas que aún están de pie tienen alrededor de 2.000 años y son los árboles más altos del mundo, pudiendo alcanzar hasta 110 metros de alto. Los abetos de la isla de Vancouver llegan hasta 90 metros de alto y las secoyas gigantes crecen mucho más en grosor, pero no son tan altas. Antes de la fiebre del oro en California a mediados del 1800s, los redwoods cubrían más de 800.000 hectáreas en la costa de California, pero casi el 96% del total de árboles fueron talados para ser usados en la construcción de las ciudades, especialmente en la reconstrucción de San Francisco después de un gran incendio en 1851. Hoy el parque cubre un total de sólo 53.000 hectáreas. Caminamos por el bosque entre estos árboles por dos días y fue muy bonito. Te sientes muy pequeño al estar ahí y también nos recordaron mucho a nuestros alerces chilenos. Por supuesto, en EE.UU. nadie sabía que un árbol llamado alerce existe en el mundo y que son más antiguos que los suyos. Los guarda parques quedaron muy sorprendidos cuando se los mostramos en Internet.

Algunos días después, seguimos nuestro viaje hacia el sur y cruzamos el famoso valle de Napa, el cual, de nuevo, me pareció muy turístico y lleno de gente. También me pareció bastante menos “moderno” de lo que yo habría imaginado. Tiene un estilo de “turismo de los 90s” y no encontramos nada que pudiera ser muy diferente de lo que hay en los valles de vinos en Chile; con la diferencia obvia de la escala de tamaño del valle versus los nuestros. Finalmente, después de algunos días de viaje llegamos a Yosemite.

Yosemite debe haber estado en mi lista de viajes desde que yo tenía unos 12 años. Más intensamente desde que tenía 15 años y con mi mejor amiga soñábamos con escalar El Capitán algún día. Debo decir que ya no tengo sueños de escalar roca, pero hacer caminatas y subir cerros era obligatorio al visitar este parque, así es que por eso lo dejamos para el final, esperando a tener mejor clima y no arriesgarnos a que estuviera todo cerrado como nos ocurrió en otros lados. Este parque, junto con el Gran Cañón y Yellowstone, son los más famosos de EE.UU. así es que por supuesto estaba repleto de gente, a pesar que llegamos un día miércoles. El camino dentro del parque es pequeño y tiene solo una dirección, así es que puede ser complicado buscar los diferentes sectores o encontrar estacionamiento con una procesión constante de personas tomándose fotos. Visitar el centro de visitantes fue imposible porque no había estacionamiento y estaba llenísimo de gente, además que aquí había que pagar para ver las películas. Así es que tuvimos que conformarnos con bajar 5 minutos, tomar una foto de las rutas que se podían caminar, hablar un minuto con un guarda parque para pedirle consejo y caminar rápido los dos días siguientes para poder irnos el sábado muy temprano y evitar los turistas de fin de semana. Esa tarde tomamos fotos de El Capitán (¡¡¡precioso!!!), fotos desde Tunnel View que es la típica foto en blanco y negro que tomó el fotógrafo Ansel Adams y manejamos hasta Glacier Point que tiene una vista maravillosa sobre el valle. Los próximos dos días los pasamos caminando y disfrutando las vistas y las cataratas; también caminamos hasta la base de El Capitán para mirar hacia arriba y vimos algunos escaladores que estaban subiendo los 1.000 de pared de granito casi vertical. Yosemite es uno de los lugares más lindos del mundo y tuvimos suerte de llegar con mejor tiempo y cuando las cataratas están llenas de agua del deshielo. Fue una experiencia increíble y nos gustaría mucho volver algún día, pero no en verano y tampoco en Mayo, que supimos ahí también “es temporada alta por los deshielos y todo el mundo viene a ver las cataratas”.

Al terminar la visita a Yosemite nos quedamos con un par de días libres antes de devolver el auto en Los Ángeles, así es que decidimos manejar hasta Death Valley. Nos habían dicho que con las lluvias tal vez podíamos ver una especie de “desierto florido”, pero no fue así o por lo menos lo “florido” no tiene nada que ver con el desierto florido que tenemos a veces en Chile. Death Valley es mucho más parecido a San Pedro de Atacama o al salar de Uyuni, excepto que está ubicado mucho más bajo. Estuvimos en la cuenca de Badwater, que es el punto más bajo del valle y el punto más bajo de EE.UU, que se ubica a 86 metro bajo el nivel del mar. Death Valley es el lugar donde se han registrado las temperaturas más altas en el planeta, con 57 grados Celsius a la sombra y 93 grados Celsius a nivel de piso. Cuando estuvimos ahí había 45C (113F) y nos derretimos durante el día, además en la noche la temperatura no bajó de 30C (86F). Hinkley, el pueblo donde estaba ubicada la planta de agua que estaba investigando Erin Brockovich en la película, se ubica al sur de Death Valley, así es que fuimos muy cuidadosos con nuestra reserva de agua embotellada para no tener que buscar agua de ahí.

Desde Death Valley comenzamos nuestro camino hacia Long Beach y después de una última noche en la naturaleza donde dormimos en la reserva de bosques que está fuera de Los Ángeles, nos dirigimos hacia la ciudad y su tráfico insoportable, el cual es aún peor cuando uno conduce un auto enorme, lento e inestable. Fuimos felices al despedirnos de Los Ángeles y al tomar un avión para volar a Miami y hacer una última parada antes de regresar a Chile.

En Miami encontramos sol, calor, amistad, música y nos sentimos mucho más en casa. Es curioso cómo ha cambiado Miami en los últimos 10 años porque ahora me parece una ciudad mucho más “vivible” de lo que me pareció la primera vez que estuve ahí. Hace 10 años yo habría querido vivir en California, pero ahora, después de haber conocido California (y su stress) en más detalle, creo que preferiría un lugar más tranquilo. Los californianos viven demasiado estresados hoy.

Fuimos a Miami a visitar a una prima y su marido y mientras estuvimos ahí hicimos una visita corta a Orlando para visitar el centro especial Kennedy. Para mí fue muy interesante verlo porque era mi primera vez, pero para Carsten – que ya había ido antes - fue una gran decepción porque a último minuto cancelaron el lanzamiento del cohete Space X Falcon 9 que habíamos ido a ver. Pero eso nos da una razón para volver cuando hagan los lanzamientos con personas a Marte en algunos años más.

Uno no puede evitar notar que las exhibiciones y películas del centro se ven bastante antiguas y poco actualizadas; pero esto no es una sorpresa ya que si en los años 60s la NASA recibía un financiamiento que alcanzaba el 4% del presupuesto federal, en los últimos 10 años el financiamiento no ha superado el 0.5%. Es triste verlo en verdad porque es el recuerdo de un tiempo en que existía un proyecto de la humanidad, el cual era liderado por EE.UU. Hoy nuestro mundo se ha reducido al consumismo y al gasto y no existen proyectos comunes que sean más importantes que las personas individuales. Compramos cosas que no necesitamos para impresionar a personas que no conocemos. No tenemos más Kennedys que lideren, más Sagans que busquen en el universo la razón de por qué estamos aquí. El esfuerzo de NASA hoy se enfoca a buscar reclutas que quieran viajar a Marte y de alguna manera esto dice: “Ya no nos importa lo que vaya a pasar con este planeta, nos iremos a conquistar otros mundos y lo dejaremos morir”. Tal vez el plan de EE.UU. es poner a todos sus ciudadanos en una nave especial y vivir como lo hacían en la película Wall-E. Triste, pero tal vez verdadero.

Mientras estuvimos en Florida fuimos también a Key West y tuvimos suerte con el tiempo porque nos tocó un día de sol y no lluvia constante como había sido los días anteriores. Visitamos ahí la casa de Ernest Hemingway y me dieron muchas ganas de tener un tío rico que pudiera regalarme una casa así y pagar por mis safaris por África. Desafortunadamente nosotros no tenemos esa suerte así es que ¡tenemos que volver a trabajar!

Como algunos de ustedes saben, hemos decidido regresar a Chile y empezar nuestro propio negocio. Esperamos que funcione y sino, siempre tendremos Jasper! Después de viajar por 25 países en el mundo, decidimos que Chile, Jasper (Canadá) o Sudáfrica, son los únicos países en donde hasta ahora pensamos que podríamos vivir.

Este primer, y no último, viaje alrededor del mundo ha sido una experiencia fantástica y solo nos hizo pensar en los muchos lugares que nos quedan pendientes por conocer. Salir, explorar y conocer personas nuevas siempre ha sido un gran motor en nuestra vida, pero haber tenido la oportunidad de hacerlo por tanto tiempo y poder comparar los diferentes lugares y diferentes culturas ha sido un gran regalo.

Aprendimos que nuestro planeta no es tan grande y que las personas no son muy diferentes entre ellas. Muchos de nuestros miedos desaparecerían si las personas pudieran viajar y explorar más, tratando de entender a los otros y de ser compasivos y respetuosos con la vida y los desafíos que enfrentan las personas de otras culturas. Ha sido impresionante para nosotros ver cómo estamos agotando al planeta de todos sus recursos, cortando los árboles en la Amazonia para reemplazarlos por campos ganaderos, agotando completamente la pesca en los océanos asiáticos, matando a todos los tigres, elefantes y rinocerontes para usarlos como medicina, etc., etc., etc. Educación, tecnología, conocimiento y conciencia de lo que ha pasado en nuestra propia historia son las únicas herramientas que nos pueden ayudar a cambiar nuestro futuro y llevarnos a vivir en paz. La naturaleza no dejará de existir, sino que somos nosotros, los humanos, quienes desapareceremos del planeta o no dejaremos nada en él para que las futuras generaciones lo conozcan como es actualmente.

Carl Sagan dijo una vez:” La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esa inmensidad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. Dependemos sólo de nosotros mismos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad, y yo añadiría que también forja el carácter. En mi opinión, no hay mejor demostración de la locura que es la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, recalca la responsabilidad que tenemos de tratarnos los unos a los otros con más amabilidad y compasión, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que jamás hemos conocido.”

Queremos agradecer a la familia Naseri por hacernos una bienvenida a EE.UU. Muchas gracias también a Jennifer por abrir su casa en Calgary para recibirnos y por mostrarnos la ciudad junto a Darren. Gracias también a la familia Pangø por un gran fin de semana en Penticton y muchísimas gracias a Macarena y Matías por compartir tres semanas nos nosotros y mostrarnos su pedacito de paraíso. Disfrutamos mucho de los Everglades y de Marco Island y esperamos poder verlos muy pronto otra vez.

Mientras nos preparamos para volver a casa queremos agradecer otra vez a nuestras familias y nuestros amigos que nos apoyaron, leyeron nuestras historias, compartieron sus ideas y alegrías con nosotros y nos ayudaron a sentir que no estábamos solos. Para nosotros este viaje fue solo el comienzo de muchos otros. Por ahora volvemos a casa y esperamos con ansias esa nueva aventura también!

Abrazos

Claudia and Carsten

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